La limpieza dental y el raspado son tratamientos muy comunes en las clínicas dentales y tienen un objetivo en común: eliminar la placa bacteriana y el sarro acumulado. Pero tienen algunas diferencias entre sí.
El cuidado bucodental diario nos ayuda a eliminar la placa bacteriana y el sarro. Pero, ¿es suficiente para mantener nuestra boca libre de bacterias y, por lo tanto, evitar las enfermedades periodontales?
En este post especificaremos en qué consiste cada tratamiento y en qué situaciones se usa cada uno. ¿Quieres conocer las diferencias entre la limpieza dental y el raspado o curetaje? ¡Quédate leyendo este blog!
¿Qué es una limpieza dental?
La limpieza dental profesional es una de las técnicas odontológicas más comunes en las clínicas dentales. Los profesionales recomiendan hacérsela una vez al año.
El cepillado diario no es suficiente para eliminar toda la placa bacteriana de nuestros dientes. Existen zonas en nuestra boca inaccesibles con el cepillo o hilo dental. Por eso, es necesario hacerse una limpieza dental profesional una vez al año o cada seis meses.
Este tratamiento realizado en clínica y por un profesional asegura una correcta higiene bucodental. Los instrumentos usados por el dentista consiguen eliminar toda la placa bacteriana y el sarro acumulado de la superficie de nuestros dientes.
La limpieza dental profesional es un tratamiento que dura, aproximadamente, 30 minutos en clínica, tratándose de un proceso sencillo, rápido e indoloro.
¿Qué es el curetaje o raspado?
Como hemos comentado, el objetivo del raspado también es eliminar la placa bacteriana y el sarro acumulado. Sin embargo, este tratamiento es adecuado para pacientes con enfermedad periodontal. Es decir, cuando el paciente tiene una gingivitis o una periodontitis.
En estos casos, el profesional valorará la necesidad de llevar a cabo un curetaje o raspado. Consiste en una limpieza en profundidad por debajo de la línea de las encías. Debajo de las encías es donde se acumula el sarro y la placa bacteriana, en forma de bolsas periodontales. Para efectuar la limpieza, el profesional utiliza un instrumento llamado cureta, con el que accede al interior de la encía para raspar la raíz del diente y extraer el sarro.
Esta es la forma con la que se evita que la enfermedad periodontal progrese y el paciente acabe teniendo consecuencias irreversibles.
Cuanto antes notes un signo de enfermedad periodontal, como es el caso de la inflamación, enrojecimiento y sangrado de encías, acude a un profesional para que valore el estado de tu salud bucodental. La prevención en estos casos es esencial. Los síntomas de la enfermedad periodontal progresan hasta límites en los que no puede hacerse nada por el diente afectado. Eliminando las bolsas periodontales previenes un futuro avance de la enfermedad y la posible caída de tus dientes.
Diferencias entre la limpieza y el raspado
Ahora que ya sabes en qué consiste cada uno de los tratamientos que hemos mencionado, comentamos las principales diferencias:
En primer lugar, la limpieza dental profesional elimina la placa bacteriana de la superficie del diente, es decir, de su parte visible. Por su parte, el raspado elimina el sarro de debajo de las encías.
En segundo lugar, la limpieza dental profesional ha de llevarse a cabo en todos los pacientes, puesto que es la única manera de mantener una correcta higiene bucodental. Pero, el raspado o curetaje solo se lleva a cabo en pacientes con alguna enfermedad periodontal, como la gingivitis o la periodontitis.
Por último, la limpieza dental profesional ha de hacerse una vez al año como mínimo, ya que hay profesionales que recomiendan hacérsela cada 6 meses. Mientras, el curetaje o raspado se tiene que realizar cuando sea necesario y el profesional así lo indique.
¿Buscas más información sobre estos dos tratamientos? ¡No dudes en consultarnos!